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[...] Especial dificultad presentan los nervios combados aunque, la práctica y el ingenio constructivo simplifica en gran medida esta tarea. Por un lado, la medición realizada muestra que cada tramo de un nervio combado es una curvas contenidas en un plano inclinado, es decir, son curvas planas; sin embargo, su longitud, no corresponde exactamente con su proyección horizontal, ya que se encuentra en un plano oblicuo respecto al suelo, si bien, en esta bóveda rebajada, la diferencia es casi inapreciable por tanto, se ha procedido a tallar las dovelas de los combados iguales a su proyección horizontal. (foto 21,22,23).
El descimbrado constituye el hito culminante del proceso de construcción de la bóveda. Es en este momento donde se pone a prueba la estabilidad y buena ejecución de la misma. Las bóvedas rebajadas se caracterizan por poseer unos empujes horizontales más elevados que las bóvedas usuales. Por ello, uno de los puntos críticos de este tipo de abovedamientos es el contrarresto de los empujes; sin embargo, en la construcción real, este aspecto no resulta problemático ya que este tipo de bóvedas se sitúan en zonas bajas del edificio de manera que, el formidable peso que desciende por las pilastras de apoyo, viene a equilibrar los empujes que la bóveda genera (foto 24,25).
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