La Bóveda Plana de Crucería de Juan De Álava_01 Imprimir E-mail

A partir de mediados del siglo XV, en los grandes conventos españoles, era costumbre situar el coro sobre una tribuna elevada situada en los primeros tramos de la entrada principal del templo. Esta plataforma no puede ser demasiado alta ya que debe permitir que los monjes puedan seguir los oficios religiosos que se desarrollan en el altar mayor por tanto. Estos coros elevados produjeron una tipología de bóvedas extremadamente singular: las bóvedas plana de crucería. La bóveda del sotocoro del convento de san Esteban en Salamanca es uno de los ejemplos más notables (foto 1).

La construcción de ésta bóveda comenzó con una toma de datos que hizo posible llevar a cabo un exacto dibujo, en planta y alzado de la bóveda. En seguida se aprecia una de sus características más notables. Mientras que en la sección más corta el “rampante”, o línea de espinazo de la bóveda, es recto y horizontal, en la dirección perpendicular, el “rampante” es ligeramente curvo. Estas dos líneas son fundamentales en la concepción de la forma de la bóveda, ya que definen la altura de las claves que se sitúan sobre ambos ejes (foto 2).

La segunda particularidad de esta bóveda es que está construida con arcos ovales, carpaneles, extremadamente rebajados. Como es sabido un arco oval es un arco compuesto de tres partes, la parte central que, en este caso, es un arco extremadamente plano, y los dos arcos de los extremos, mucho más pequeños. Sin embargo, una observación más atenta de la bóveda permitió descubrir un detalle de extrema importancia: los pequeños arcos del extremos del óvalo no son propiamente arcos, forman parte del solido de arranque de la bóveda: las jarjas. La altura que alcanzan los pequeños arcos del óvalo define la altura del enjarje; por tanto, la bóveda se construye solamente con la parte superior de los óvalos. (foto 3). [....]

1 ..... 2 ..... 3 ..... 4 ..... 5