Joao del Castilho: Bóveda de la sacristía del convento de los Jerónimos, Belem. Lisboa_07 Imprimir E-mail

[....] El montaje de la bóveda

Como vimos en las bóvedas precedentes, y, siguiendo siempre las recomendaciones de Rodrigo Gil, la cimbra de una bóveda de crucería consiste en una gran plataforma que debe colocarse a la altura de las jarjas. Sobre ella se replantea el dibujo en planta de la bóveda y, en los puntos en que se sitúan las claves, se colocan pies derechos con la altura precisa que, sobre la plataforma, debe alcanzar cada clave (foto 48). Finalmente, entre cada pie derecho se colocan las arcadas de madera sobre las que deben reposar las dovelas de los arcos (foto 47).

A continuación empiezan a colocarse las dovelas (foto 49-51) con especial cuidado en las juntas para garantizar un correcto apoyo y un perfecto alineamiento de las dovelas. Las claves se colocan sobre los extremos de los pies derechos prestando atención a la posición de las mismas, ya sean verticales o inclinadas. Poco a poco aparece la nervadura fundamental de la bóveda: formeros, ojivos y terceletes (foto 52). A continuación, entre las claves, se van sujetando los nervios combados gracias a las inclinaciones de sus extremos (foto 53).

Por último, la bóveda queda completamente terminada sobre su cimbra. Apreciamos ahora claramente su forma rebajada producida por el uso de arcos carpaneles (foto 54 y 55). Sus líneas de caballete ligeramente curvadas, casi horizontales. Las claves verticales enlazando la nervadura portante y las inclinadas en los cruces de combados. El dibujo del cuadrifolio cuyo diseño, escasamente cerrado sobre sí mismo, está pensado para que se conecte con los combados de las bóvedas colindantes generando fotos decorativas que sobrepasan los límites de la bóveda. De exquisita elegancia, esta bóveda viene a sumarse a la importantísima colección de bóvedas construidas por Joao del Castilho.

1 ..... 2 ..... 3 ..... 4 ..... 5 ..... 6 ..... 7