[....] Las claves

Tras las dovelas se procede a la talla de las claves. Como señalamos en un principio, esta bóveda está construida con claves verticales e inclinadas; las verticales, como vimos en las bóvedas precedentes, se tallan a partir de sus proyecciones verticales y horizontales (el croquis de la foto 25 ilustra nuevamente sobre este proceder). En las imágenes, vemos cómo los alumnos llevan a cabo la talla de una de estas claves, primeramente calcando sobre la cara superior plana de un prisma contenedor el dibujo de la proyección horizontal (foto 26); a continuación se procede a la talla en vertical eliminando la piedra sobrante (foto 27-28). Posteriormente, de la montea en alzado se extraen las inclinaciones con que se deben cortar sus brazos; obsérvese en las fotos 29 y 30 cómo se toma como plano de referencia el plano horizontal superior. Finalmente se procede al corte de los brazos con su correcta inclinación (foto 31).

A continuación hemos de acometer la talla de las claves inclinadas e inmediatamente se plantea la pregunta sobre el porqué de la existencia de este tipo de claves. Sabemos que las claves góticas son piezas cuya forma se determina a través de su proyección horizontal y vertical. Sin embargo, las claves inclinadas comienzan a aparecer a lo largo del siglo XVI y tuvieron un indudable éxito; las bóvedas de crucería del S. XVI y XVII suelen tener sus claves inclinadas, con inclinaciones variables según su posición.

Estas claves sólo se pueden explicar con la aparición de un nuevo recurso geométrico: la capacidad de efectuar en cualquier posición una proyección sobre un plano tangente a la superficie de la bóveda. La foto 32 muestra el alzado de dos de estas claves con sus ejes perpendiculares al plano tangente; sin embargo, vemos también como el combado que sobre ellas acomete se mantiene revirado, es decir con su eje vertical. En la foto 33 vemos su proyección sobre el plano tangente. [....]

1 ..... 2 ..... 3 ..... 4 ..... 5 ..... 6 ..... 7