historia de las bóvedas (5 de 5) Imprimir E-mail

[...] Poco a poco, la pesada bóveda románica, adornada con el cruce de ojivas, fue descubriendo las posibilidades que sus arcos cruceros contenían. Como en Oriente, los constructores europeos se dieron cuenta de que estos arcos podrían usarse para construir la bóveda sin necesidad de cimbrar mediante costosos tableros de madera la totalidad de la bóveda; bastaría con sujetar únicamente los arcos cruceros. Al quedar la bóveda dividida en cuatro partes, se podría construir entre los arcos una cáscara de mampostería de escaso espesor que podría llevarse a cabo sin cimbra.

A partir de este momento las bóvedas serán mucho más económicas y rápidas de construcción; durante los siglos siguientes, esta bóveda no cesaría de evolucionar alcanzando mayores luces con menores espesores. Con esta nueva bóveda, el gótico tenía ya franqueada la puerta para alcanzar los mayores logros jamás alcanzados en la historia de la construcción.

Catedral de Ely Saint Étienne, Beauvais